lunes, 11 de noviembre de 2013

Contaminantes secundarios: la lluvia ácida y el smog foto-químico


Además de los contaminantes que podemos denominar primarios, se producen reacciones químicas en la atmósfera que generan nuevos agentes, contaminantes secundarios, que inciden muy negativamente en el medio ambiente originando problemas como la lluvia ácida y el smog foto-químico.
Lluvia ácida es el término que se emplea para denominar a cualquier forma de precipitación (agua, nieve, granizo o niebla) que tiene una acidez superior a un nivel determinado. El nivel de acidez, PH, a partir del cual se considera lluvia ácida es de 5,5 o inferior. La acidez normal del agua de lluvia es de 5,6, debido a la disolución del dióxido de carbono atmosférico en el agua. Más ampliamente el fenómeno es conocido como deposición ácida.
Las características propias de los ácidos se deben a la presencia de iones de hidrógeno H+, formados por un átomo de hidrógeno sin su electrón, que liberan cuando se encuentran disueltos en agua. Cuanto mayor es la concentración de iones de hidrógeno mayor es la acidez, y menor el PH, la variable con que se mide.
Las fuentes de estos contaminantes primarios, precursores de la lluvia ácida son de carácter natural (volcanes, incendios forestales y la actividad bacteriana) y antropogénico, producidos por la actividad industrial y muy especialmente por las centrales térmicas donde se queman combustibles fósiles para producir energía. Otra fuente de naturaleza antropogénica muy importante son las emisiones producidas por el transporte por carretera, basado en vehículos propulsados por motores de explosión.
La contaminación de origen humano es con mucho la principal responsable de la lluvia ácida por su mayor volumen y por la elevada concentración de los contaminantes en las áreas industriales y urbanas. Además los niveles de emisión han tendido a crecer con la industrialización.
Los efectos de la lluvia ácida se hacen sentir sobre:
Las aguas continentales, produciendo un descenso del PH, factor crítico en la supervivencia de los animales acuáticos, incapaces de sobrevivir en medios tan ácidos.
Las masas forestales, especialmente las coníferas, que sufren una defoliación y una mayor vulnerabilidad ante las plagas que las hacen sucumbir finalmente.
Las cosechas y los suelos agrícolas.
Efectos en las construcciones humanas, sobre todo en ciertos materiales como la piedra caliza.
Se trata de incidir sobre la calidad de los combustibles, sustituyendo unos tipos de carbón por otros o empleando otros alternativos como el petróleo o el gas.
Se emplean métodos de lavado del carbón, que tienen el inconveniente de producir una gran contaminación en las aguas.
Se emplean sistemas de combustión como el denominado de lecho fluido, de arena y caliza, que neutraliza las emisiones.
Se instalan torres de lavado de gases (scrubbers),que hacen pasar los gases producto de la combustión a través de un spray de partículas de agua que contienen caliza disuelta y que neutraliza el dióxido de azufre.
Se sustituyen por otras centrales (nucleares o renovables) que no consumen combustibles fósiles y no generan este tipo de emisiones.
Conscientes del problema, los países industrializados se hallan empeñados en disminuir las emisiones causantes de la lluvia ácida. La mayor parte de la responsabilidad de las emisiones de dióxido de azufre, SO2, reside como ya dijimos, en las centrales térmicas que queman carbón y es en este campo donde se están tomando las iniciativas más importantes.

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